¿Cómo hicimos para salir del agua?
Un estudio genético arroja nueva luz sobre el misterio de cómo los seres vivos salieron del mar y poblaron la tierra firme hace millones de años.
Investigaciones previas habían sugerido que esa transición se debió a una especie de salto genético abrupto mediante la adquisición de miembros rudimentarios por parte de especies acuáticas primitivas.
Sin embargo, ahora un equipo de científicos estadounidenses sostiene que, más que la aparición de una novedad evolutiva, la transición se debió a un proceso genético mucho más lento y gradual de lo que se pensaba.
Tiktaalik
El estudio, que aparece en la última edición de la revista especializada Nature, sigue al reciente descubrimiento de una especie denominada Tiktaalik roseae.
La especie ha sido calificado como "el eslabón perdido" entre los peces y los primeros animales terrestres, y los restos fósiles hallados datan de hace 383 millones de años.
El Tiktaalik -"pez de aguas profundas", en el idioma de los nanavut que viven en el Ártico canadiense, donde aparecieron los fósiles- posee una mandíbula primitiva, escamas, y una estructura ósea que indica la presencia de branquias.
A la vez, posee un cuello móvil, la estructura de costillas se parece a la de los primeros anfibios y, lo más sobresaliente, cuenta con aletas capaces de sostener el cuerpo en la tierra firme.
Genes Hox
Marcus Davis, uno de los integrantes del equipo científico y especialista de la Universidad de Chicago, dijo: "El Tiktaalik y otros fósiles recientemente descubiertos nos sugieren que la estructura que hace a los animales terrestres únicos -extremidades inferiores y superiores, dedos- no apareció de la nada".
Por el contrario, "en los tetrápodos (cuadrúpedos) podemos apreciar que hubo dos fases de evolución de los genes Hox durante el proceso de desarrollo de los apéndices".
Davis explicó: "Al principio del desarrollo ocurre una primera fase, y luego hay una segunda fase muy característica, la cual tiene un papel en la formación de los dedos".
Si se estudia al pez cebra (Brachidanio rerio), "podemos observar que durante su desarrollo hay una primera fase de los genes Hox, pero la segunda fase no ocurrió".
Basados en esto, según Davis, "se sostenía la hipótesis de que la segunda fase de los genes Hox era una novedad en el desarrollo evolutivo que llevó al origen de las extremidades".
Muy antiguo
Sin embargo, estudiando otra especie, el pez espátula (Polyodon spathula) -que tiene un patrón de aletas similar al de los peces primitivos- se halló la presencia "muy clara" de una segunda fase de desarrollo de esos genes.
"Esto nos demuestra que, en realidad, la segunda fase constituye un patrón evolutivo muy antiguo", añadió Davis.
"Aparentemente -agregó- en algunos peces, esa fase sirvió como un instrumento genético para modificar sus aletas".
Según el experto, "lo que parece es que en los tetrápodos este instrumento trabajó de una manera única y muy elaborada".
Jennifer Clack, profesora de paleontología de vertebrados en la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, calificó el estudio como "un gran paso adelante".
Clack sostuvo: "Creo que veremos en el futuro emerger un número de patrones evolutivos similares en otras especies de peces".
Fuente: Aqui.
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