30 abril 2007

Un proyecto de la UE desarrolla una silla de ruedas inteligente


Investigadores del MAIA, un proyecto financiado por la UE, han demostrado que una persona puede controlar su silla de ruedas utilizando únicamente el cerebro.


Para ello es necesario captar el sistema neuronal del individuo, interpretar las señales cerebrales de forma instantánea y, a continuación, desarrollar un mecanismo que pueda responder a esas instrucciones y dirigir la silla de ruedas con gran precisión.


La investigación sobre esta silla de ruedas, financiada dentro del programa Tecnologías de la Sociedad de la Información del Sexto Programa Marco (6PM), es una de las diferentes aplicaciones no invasivas que podrían controlarse con el software de interfaz cerebral ideado por los investigadores. Entre otras aplicaciones podemos encontrar, por un lado, un robot que ayuda a alcanzar y manipular objetos y, por otro, cómo afrontar situaciones de emergencia, por ejemplo, si se averían la silla de ruedas o el brazo del robot.

Los pensamientos humanos crean impulsos en determinadas zonas del cerebro y simplemente pensando, por ejemplo, que nos movemos a la izquierda, éste genera un impulso. La infertaz cerebral recoge todos esos impulsos mediante electrodos y electroencefalogramas portátiles que se colocan en el cuero cabelludo del usuario, y después éstos se digitalizan y se analizan. Este software es capaz de diferenciar diferentes estados mentales por los que atraviesa el usuario.


Hay también sensores conectados a la silla de ruedas del usuario para que, mientras se mueve, pueda detectar una puerta a su derecha o un obstáculo en el camino.

"Este dispositivo combina la inteligencia humana con la inteligencia de esta silla de ruedas", explica José del Rocío Millán, coordinador del proyecto. "Cuando un usuario ejecuta una tarea mental, por ejemplo al imaginar el movimiento de su brazo derecho, cada una de estas acciones se encuentra asociada con un control avanzado de la silla de ruedas, por ejemplo, para girar a la izquierda o continuar hacia adelante."

El consorcio de este proyecto ha realizado con éxito varios experimentos, entre los cuales encontramos dos series de pruebas con usuarios capaces mentalmente de conducir la silla de ruedas por un pasillo laberíntico. "Pero necesitamos ser cautos y no crearnos expectativas demasiado pronto", advirtió el Dr. Millán. "Aunque la silla funcione bien en el laboratorio, puede que no ofrezca la seguridad necesaria para hacerlo fuera."

El objetivo de este proyecto, que continuará funcionando hasta finales de año, será experimentar con la silla de ruedas para probarla con la esperanza de que consiga la validación clínica. Aunque todavía es pronto para que la industria llame a su puerta, el Dr. Millán confía en que la labor del proyecto destierre la idea de que las sillas de ruedas controladas con la mente son cosa de ciencia ficción.

De hecho, el software de interfaz cerebral y las aplicaciones que lo complementan podrían ser lo que marque la diferencia para decenas de miles de personas que están completamente paralizadas o "enclaustradas". Aunque puedan percibir el mundo, sentir o soñar, esas personas no se pueden comunicar sin la ayuda de interfaces como las que se han creado a través del proyecto MAIA.


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