La misión a Venus entra en su momento más peligroso
Darmstadt (Alemania), 8 abr (dpa) - Después de un viaje de 400 milllones de kilómetros por el espacio, la sonda Venus Express, que partió desde la Tierra en noviembre pasado, comienza la semana próxima su etapa más peligrosa: entrar en la órbita de Venus.
La misión no tripulada es la primera que la Agencia Espacial Europea (ESA) envía al planeta vecino, cubierto de nubes y de altísimas temperaturas, que se encuentra mucho más cercano al Sol que la Tierra.
Los comandos cruciales serán enviados a la sonda el próximo martes desde el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) en Darmstadt, en el sur de Alemania, donde los preparativos están en marcha desde hace días.
La Venus Express usará cohetes de dirección y de frenado de modo que pueda reducir la velocidad en el momento justo para ser capturada por la gravedad del planeta. Si esta maniobra va mal, la nave se estrellará contra la superficie o se quedará flotando en el espacio.
En caso de impactar contra la superficie, no quedará mucho de la sonda de 1,2 toneladas, pues chocará a 29.000 kilómetros por hora, según la portavoz del ESOC, Jocelyne Landeau.
En cambio, sería un poco mejor si sigue volando en el espacio. En ese caso sería posible volver a tomar contacto con ella aunque pasado un tiempo, por lo que se perderá la oportunidad de llevar a cabo la misión y no será hasta 2010 que la sonda y Venus vuelvan a encontrarse alineados de modo de intentarlo nuevamente.
"Ese es el plan B", dice Landeau. "Pero existe la preocupación de que algunos de los instrumentos fallen si se los deja tanto tiempo a tan poca distancia del Sol", añade. Por eso, el ESOC está concentrado por completo en no fallar en la primera oportunidad.
La misión ha costado 220 millones de euros (266 millones de dólares), y de tener éxito proporcionará muchos datos a la ESA, en vista de que el último vehículo no tripulado fue enviado al planeta vecino hace 16 años.
La Venus Express se convertirá en un satélite en una órbita elíptica alrededor de los dos polos del planeta, con una distancia mínima de 250 kilómetros de altitud y una máxima de 66.000 kilómetros. No aterrizará en la superficie, donde las temperaturas alcanzan los 400 grados centígrados.
El director general de la ESA, Jean-Jacques Dordain, subrayó que hay grandes expectativas puestas en la misión, porque podría brindar a los científicos datos sobre la manera en que se forman las atmósferas y el clima en los planetas, incluida la Tierra. Venus es muy interesante para los investigadores por sus similitudes en tamaño, masa y composición con la Tierra.
Mientras que nuestro planeta evolucionó de modo que se hizo posible la vida, Venus se convirtió en un lugar "venenoso" en sus 4.600 millones de años de vida. No sólo es extremadamente caliente, sino que la presión atmosférica es 90 veces la de nuestro planeta.
Venus sufre un "efecto invernadero" con sus nubes que retienen el calor y la superficie es azotada de forma constante por enormes tormentas.
Un día en Venus equivale a 243 días en la Tierra debido a la lenta rotación sobre su eje. La sonda estará en órbita durante dos días venusinos, recogiendo información sobre las temperaturas y otros barómetros, así como analizando la composición química de la atmósfera.
Los científicos esperan no solamente aprender más acerca del efecto invernadero y las tormentas, sino también descubrir por qué el campo magnético de Venus es tan débil.
Fuente: http://www.peru21.com/P21Online/Html/2006-04-08/olTecnologia0486189.html
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